Visita inolvidable al magnífico Museo de la Evolución Humana recientemente abierto en Burgos. Es asombrosa la forma de presentación de los fósiles, perfectamente contextualizada, pensada para despertar el interés por la ciencia y a la vez creativa y elegante.
La ciudad siempre merece una visita pero a partir de ahora el museo se va a convertir en un foco permanente de atracción de visitantes. Vale la pena.
Aunque es fácil de seguir, el museo da para varias visitas, tal es la cantidad de información y el interés que hay en cada uno de sus rincones.
Todo está presentado de forma extraordinaria pero la galeria de figuras hiperrealistas de nuestros antepasados y «primos» impresiona muchísimo. Parece que en cualquier momento van a dar un paso al frente.
Allí están casi todos, desde «Lucy» la antiquísima Australopithecus afarensis hasta el Homo Neanderthalensis, que siempre ha sido mi favorito y al que le he tomado esta mala foto de móvil. Que hayamos convivido durante nada menos que 30.000 años con otro tipo de seres humanos distintos a nosotros pero humanos al fin me parece una de las cosas más demoledoras de ese estúpido orgullo de sentirnos tan especiales.
No hemos inventado el respeto por los muertos ni la autoconsciencia, ni la creación de conceptos y posiblemente ni siquiera la música. Los Homo sapiens nos hemos quedado solos desde hace algunos miles de años pero durante milenios tuvimos vecinos que también eran de la familia. Siempre me asombra pensarlo.
No se pierdan el Museo y, ya puestos, tampoco la morcilla frita.
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Por si alguien no es consciente, recordaré que en Euskadi no hay un Parlamento sino cuatro. Está el Parlamento Vasco y están la Juntas Generales de los tres…territorios históricos (qué susto, a poco tecleo “provincias”).
Con la transición llegó a Euskadi la ola de la recuperación de estructuras políticas históricas, que se vinculaban a un supuesto mejor ejercicio democrático de tiempos pasados. Así, la Ley de Territorios Históricos consagró una estructura territorial poderosa en torno a las renovadas Diputaciones Forales, gestoras del también recuperado Concierto Económico.
Las Diputaciones, controladas por sus propios parlamentos (las Juntas Generales) se han ido consolidando como herramientas potentes y valiosas en el gobierno del territorio. Es posible que las cosas se pudiesen haber hecho de otra forma (teniendo en cuenta la poca extensión y el escaso número de habitantes de Euskadi) pero en su día se decidió atenerse a las instituciones tradicionales y finalmente éstas se han convertido en administraciones efectivas.
Pero todas las monedas tienen dos caras y ésta también. Leer más
Parece que el pulpo Paul ha vuelto a acertar. Es un bicho que vive en un acuario alemán y -dicen- que hasta ahora ha acertado todos los resultados de futbol sobre los que ha sido «consultado» menos uno.
Predijo la derrota de Argentina y también la victoria de España contra el país que le tiene acogido en sus acuarios ya que, al parecer, Paul es «inglés»
Alemania ha recibido hoy «la del pulpo». A ver lo que tardan ahora en hacer una paella con él. Podría llamarse «arroz al agorero».
Ya verán como estos días se volverá a hablar de la inteligencia de los pulpos y tendremos que oir alguna chorrada. Al tiempo. m
Espero que las medidas restrictivas adoptadas por el Gobierno de España y replicadas en el resto de las Administraciones sirvan para las cosas buenas que dicen que van a servir: Desde mejorar la posición económica de España hasta impulsar un mercado de trabajo más dinámico y eficiente, ya que no más humano. A mí de todo lo previsto lo que me parece mejor es que empecemos a entender que el gasto público se hace con nuestro dinero y que cada euro invertido debe tener una justificación creíble, aunque nunca pueda ser unánime. Me gusta esa parte aunque no me guste nada la demagogia de quienes se agarran a ese argumento razonable para desmontar el Estado sabedores de que es el aliado de los menos poderosos.
Pero hay un aspecto de esta reforma que me inquieta especialmente y sobre el que ya he escrito en otra ocasión. Todo el tiempo se habla de la necesidad de ser más competitivos pero me parece que se hace demasiado hincapié en el despido y demasiado poco en el trabajo. Y eso ¿Qué tiene que ver con la competitividad? Leer más
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Emocionante llegada de Marc Marquez como ganador hoy en la carrera de 125 cc en Mugello. Ha sido enternecedor oírle decir con ingenuidad y con esa cara de niño que tiene: “entraba en la recta y veía que nadie me pasaba”. Ha hecho una gran carrera.
Aún recuerdo que el año pasado competía con la moto lastrada porque no daba el peso mínimo exigido para poder correr. En fin hoy, con sus 17 años, se ha subido a lo más alto del podio y le ha dado el obligado arreón a la botella de cava.
La realidad siempre va más rápido que la ley, sobre todo en el mundo de las carreras. Nadie imaginó que un menor de edad tuviese la oportunidad de brindar como campeón, y además ni siquiera es la primera vez que eso sucede.
¡Felicidades chaval! (La foto está tomada de RTVE) m
Coincidiendo casualmente con el Día Mundial del Medio Ambiente hemos hecho una fantástica excursión al monte Gorbea, por una ruta que no conocía (lo que no es mucho decir porque solo conocía una).
El tiempo nos ha acompañado y ha sido una gozada. El camino del río Bayas es cómodo y los recodos del agua, como de postal. Aunque una vez que se abandona el río la cosa se pone realmente empinada.
Arriba los buitres leonados se turnaban encima de nuestras cabezas con las chovas piquigualdas, éstas atentas a los restos de bocadillos y aquellos… mejor no saber a la espera de qué.
Pero lo más curioso ha sido que paso a paso, o mejor jadeo a jadeo, he ido dando vueltas al magín y creo que he encontrado solución a algunos asuntos del Parlamento que no tenía muy claro cómo acometer, no hay como el aire libre. O sea que un éxito total. Bueno, casi, porque mis pies están ya desacostumbrados a la marcha y tendré ampollas unos días. Pero ha valido la pena.
Dicen quienes saben de niños que los peques sienten que el mundo nació con ellos, que antes no hubo nada y que estrenan el planeta. A medida que crecen tal espejismo va diluyéndose y empiezan a entender que antes de que nacieran pasaron muchas cosas, y cosas –además- que conviene que conozcan para entender su propio mundo. Su curiosidad hace el resto.
Sin embargo a menudo la sociedad adulta, más torpe o más cínica que los niños, actúa como si no existiese el pasado. Posiblemente aquejada de una especie de “adolescentelización” colectiva que ya tendré ocasión de comentar.
Sospecho que no es tanto el olvido como el pudor de reconocer que vivieron en un mundo en el que se daban por buenas cosas que hoy resultan inadmisibles. Tal vez tememos que una opinión pública, o publicada, tan aficionada a ese inmaduro “adanismo” juzgue nuestra actuación en el pasado a través de las creencias y certezas de hoy. Pero creo que es peligroso desdeñar la memoria del ayer porque nos impide entendernos a nosotros mismos en el hoy.
No hay que irse muy lejos para ver, y oír, cuál era el papel que la sociedad reservaba a la mujer hasta hace bien poco. Ahí está algo tan popular como la copla, que describe con enorme precisión lo que era o no correcto en tiempos de nuestras abuelas, y aún después.
La copla es un tratado amplio y profundo de urbanidad, de moralidad y sobre todo es un testigo sincero que nos describe sin disimulo alguno cómo era la vida, sobre todo la de las mujeres. Hoy empiezo a explotar este filón sociológico con la conocida canción “A la lima y al limón” que detrás de su aparente gracejo esconde una letra espeluznante en la que el papel de la mujer y lo que de ella esperaba la sociedad queda reflejado con enorme claridad – y crueldad.
Es la historia de una mujer fea a la que la paciencia y la suerte le permiten salir al final de su casi segura desesperación por el único camino que le es permitido: el del matrimonio. Escúchenla y tiemblen, pero no se avergüencen. Era así.
Seguiremos explorando.
La vecinita de enfrente no, no,
no tiene los ojos grandes.
ni tiene el talle de espiga, no, no,
ni son su labios de sangre.
nadie se acerca a su reja,
nadie llama en sus cristales.
que sólo el viento de noche
es quien le ronda la calle.
Y los niños cantan a la rueda, rueda.
esta triste copla que el viento le lleva.
A la lima y al limón,
tu no tienes quien te quiera.
A la lima y al limón,
te vas a quedar soltera.
Que penita y que dolor.
Que penita y que dolor,
la vecinita de enfrente soltera se quedó.
Solterita se quedó.
A la lima y al limón.
La vecinita de enfrente no, no,
nunca pierde la esperanza.
y espera de noche y día, si, si,
aquel amor que no pasa.
Se han casado sus amigas,
se han casado sus hermanas.
Y ella compuesta y sin novio
se ha quedado en la ventana.
Y los niños cantan a la rueda, rueda.
el mismo estribillo que el viento le lleva.
A la lima y al limón,
tu no tienes quien te quiera.
A la lima y al limón,
te vas a quedar soltera.
Que penita y que dolor.
Que penita y que dolor,
la vecinita de enfrente soltera se quedó.
Solterita se quedó.
A la lima y al limón.
La vecinita de enfrente si, si,
a los treinta se ha casado,
con un señor de cincuenta, si, si,
que dicen que es magistrado.
Lo luce por los paseos,
lo luce por los teatros.
Y va siempre por la calle
cogidita de su brazo.
Y con ironía siempre tararea,
el mismo estribillo de la rueda, rueda.
A la lima y al limón,
que ya tengo quien me quiera
A la lima y al limón,
que no me quedé soltera.
Ya mi pena se acabó.
Ya mi pena se acabó,
que un hombre llamó a mi puerta
y le dí mi corazón,
y conmigo se casó.
A la lima y al limón.
La imagen que tenemos de las ciudades casi siempre está vinculada a la prisa. Nos es fácil sentir una ciudad como algo apresurado, anónimo e impersonal. Aunque si reflexionamos un poco también seremos capaces de ver oportunidades, matices, sorpresas…espectáculo.
Me gustan las ciudades y me gusta cuando una ciudad se reconoce a sí misma como escenario de convivencia, con todo el valor que eso tiene. Cuando se mira y descubre lo espléndida que está.
Con motivo de su primer centenario, la Gran Vía de Madrid se abrió a ser paseada por todo el mundo. El escenario se convirtió en protagonista y el suelo se hizo más humano para que la gente se animase a pisarlo sin prisa. Una gozada.
m Una vez más, como es mi costumbre, me equivoco. Hablaba el miércoles de las “fuerzas vivas guipuzcoanas” y de sus intentos para que la futura sede de Tecnalia se ubique en el Parque Tecnológico de Miramón. Pues bien, como era de temer ya ha surgido la contestación activa tanto en Vizcaya como en Álava (menos mal que sólo somos tres territorios). Como aquí cada cual tenemos nuestro parque tecnológico, y nuestra asociación de empresarios, por supuesto, todos nos hemos puesto a la tarea de captar esa sede.
Seguramente tan extrema actitud reivindicativa sea un efecto secundario del Concierto Económico, que reserva para cada uno de los territorios la recaudación de los impuestos. Confío, de hecho, en que ésta sea la razón y no estemos ante un aldeanismo puro y descarnado.
Pero lo que me inquieta de verdad es que después de tanto ruido, la instalación de una sede pequeña, como la que seguramente corresponde, pudiera ser vista como un desdoro y para evitarlo nos encontremos con que Tecnalia se vea obligada a montar una sede mucho más grande y aparatosa de la que precisa para así no desairar a Álava, Guipuzcoa o Vizcaya… que tanto han trabajado por acogerla.
Este es un país en el que las disputas territoriales son causa de pasiones tan grandes como vacías. Euskadi se recorre en coche de punta a punta en dos horas y pico, pero en ese breve recorrido sin darnos cuenta habremos atravesado una verdadera malla de sentimientos de pertenencia e identidad.
Ser de Bilbao es como ser de la capital del mundo para algunos. Los VTV’s (Vitorianos de Toda la Vida) nada tienen que envidiar a los Donostiarras de la Bella Easo, que con justicia reivindican sus asombrosas fiestas de invierno que solo tienen competencia en los muy distintos carnavales de Tolosa. Pero tampoco podemos olvidar a los Jarrilleros de Portugalete, totalmente diferentes a los devotos de la Virgen del Carmen de Santurce, de los que les separa… una calle.
Para carácter el de los Bermeanos, y muy especialmente el de las bermeanas. En el extremo oriental tenemos a los que en una verdadera declaración de autenticidad se dicen a sí mismos de Irun Irun. Así, dicho dos veces seguidas. Hay ejemplos mil.
Ya el viejo juramento de los señores de Vizcaya nos apunta a que nuestra afición “hiperlocal” tiene raíces en la tradición más rancia puesto que no se limitaba jurar los fueros en general, así a lo tonto, sino que descendía al detalle concreto, para que no quedasen dudas: “Juro que bien verdaderamente le guardar a la Tierra llana, y villas, y ciudad, de él y Durangueses y Encartaciones y a los moradores de ellas y en cada una de ellas…”.
Sobre las rivalidades futbolísticas no pondré una línea porque sería jugar con gasolina y cerillas. Hace unas semanas se desató una pequeña tormenta sobre cuál es la capital de Euskadi que encendió los ánimos y que aún colea intentando vencer a la tranquila cordura que parece que se ha impuesto provisionalmente.
Todo esto, por supuesto, da un juego infinito para los chistes y está bien mientras se quede en eso.
Pero estos días el localismo se ha conjugado con otra visión no menos tradicional entre los vascos: la de las grandes empresas con grandes sedes, de grandes arquitectos, con mucha gente entrando y saliendo bajo grandes carteles luminosos en la fachada.
Andan las fuerzas vivas guipuzcoanas enceladas en conseguir que la sede de Tecnalia se instale en San Sebastián. Loable deseo. Tecnalia es una corporación formada por empresas de alta tecnología que después de discurrir durante años colaborando entre ellas pero cada cual en su propia casa, va a constituirse como un grupo estratégico más unitario, aun con divisiones especializadas. Parece que a nadie se le ha ocurrido pensar que cuando se trata de unas empresas del alto nivel tecnológico y de gestión de las implicadas lo de menos es la ubicación física de cada cual (teniendo en cuenta que todas están en Euskadi, ya están bastante cerca unas de otras) y que sería perfectamente posible que estuviesen incluso mucho más alejadas ya que su valor reside en la red, la información, la comunicación y el talento y no en la mera cercanía física.
Si hasta yo, que justo me defiendo en esto de la tecnología, trabajo en 3 ó 4 ubicaciones distintas, fíjense lo que no serán capaces de hacer nuestras empresas más punteras en tecnología. Seguramente, para que no se diga, tendrán una sede pero la imagino pequeña, funcional, con poquísimo personal y medios telemáticos a disposición de sus directivos para poder comunicarse desde sus sedes propias, o desde Palo Alto y Kuala Lumpur, por poner.
Donosti es, sin duda, una ubicación excelente para esa sede, como para cualquier otra cosa, pero creo que sería un error pensar en un gran edificio “emblemático” que quizás es lo que esperan sus defensores.
Aunque no sé para qué me meto porque vista nuestra tradición, igual resulta que el que no se entera de lo que va a pasar soy yo y se trata de desatar otra bronquita local. Que todo podría ser. ¡Que pereza!