Nuestros diputados no pasan las necesidades angustiosas de tantos pensionistas y seguramente no necesitan más dinero, pero lo que sí necesitan es que al menos las personas que deberían hacerlo tengan la valentía pública de reconocer su trabajo y no subirse a alimentar el pin pan pun contra ellos.
Así parecen pensar los independentistas que, lejos de abrumarse por los cuatro meses y medio transcurridos en medio de la absoluta paralización de la vida política catalana, se muestran sorprendentemente despreocupados por la obviedad de que no hay Govern, ni actividad en el Parlament y que, sin embargo, el país sigue funcionando tan bien o mal como antes.
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| Parlament de Cataluña |
Antes de ponernos a buscar soluciones novísimas e imaginativas a nuestro amenazador desierto demográfico sería más práctico frenar el deterioro del problema. En este caso, el de una realidad social, económica, educativa y, sobre todo, laboral que, de hecho, penaliza a los jóvenes que pretenden tener hijos.
En mi artículo de esta semana en VozPópuli denuncio que el mercado laboral ve la conciliación familiar como un problema “de ellas” y que las mujeres se adaptan sacrificando sus carreras profesionales o no teniendo hijos. Puedes leerlo aquí.
Aquellos que critican la censura solo por resultar “contraproducente” estarían admitiendo, por omisión, que para ellos sería legítima si realmente consiguiera acallar eficazmente al molesto.
Mi artículo de esta semana en VozPópuli va de provocadores y un poco de quienes distinguen entre provocadores malos y provocadores buenos. Puedes leerlo aquí.
En lugar de interesarnos por la realidad de cómo se obtiene y trata la carne que nos llega al plato, preferimos indignarnos si alguien nos dice que no responde a nuestra imagen bucólica de una campiña verde en la que pastan las vacas de Milka y las cabras de Heidi.
En mi artículo de esta semana en VozPópuli me ocupo de la epidemia de infantilidad que nos asola. De la TV y el periodismo de calidad apenas hablo porque ¿para qué? Puedes leerlo aquí.
Lee uno el listado de nuevos delitos que el Gobierno se propone castigar con pena de Cadena Perpetua Televisiva (de nombre oficial “Prisión Permanente Revisable”) y no le queda otro remedio que pensar que algunos de los nuevos supuestos han sido redactados cortando y pegando portadas de informativos recientes.
En mi artículo de esta semana en VozPópuli opino que resulta vomitivo ponerse detrás de las familias que han sufrido mazazos terribles para ver lo que se pesca electoralmente. Puedes leerlo aquí.
No puede ser que cuando los independentistas catalanes tratan de cambiar las reglas permanentes que afectan a todos aprovechando una fortaleza parlamentaria puntual se diga que tal cosa es completamente intolerable y abusiva y, sin embargo, se presente como lo más normal del mundo modificar las normas electorales en cuanto se alcanzase un acuerdo de mayoría entre los nuevos partidos y el PSOE.
En mi artículo de esta semana en VozPópuli opino que el acuerdo para modificar la ley electoral debe incluir a PP y PSOE y que marginar a uno de los dos, singularmente al PP, no es una opción. Puedes leerlo aquí.
En Cataluña la ingeniería jurídico-política ha sustituido a la realidad. Ya solo importa demostrar quién es más astuto (como recomendaba Artur Mas) aunque sea para ganar unas horas durante las que seguir en la carrera hacia la nada.
En mi artículo de esta semana en VozPópuli me refiero a la impostura y la simulación que asolan la política catalana. Puedes leerlo aquí.
Un consenso como el que protagonizaron hace cuatro décadas los dirigentes políticos de la España que salía de la dictadura, se antoja hoy inalcanzable en plena democracia.
En mi artículo de esta semana en VozPópuli repaso algunos de los obstáculos que creo que tiene una posible reforma de la Constitución Española de 1978. Sin embargo, no me preocupan tanto las dificultades como que nos estén haciendo perder el tiempo. Puedes leerlo
aquí.
El PNV, además de una posición parlamentaria privilegiada que, por supuesto, utiliza sin dudar, tiene también su corazoncito político y hacen mal quienes no creen a sus portavoces cuando repiten que no votarán los presupuestos a Rajoy mientras la situación siga siendo de excepción en Cataluña.
En mi artículo de esta semana en VozPópuli opino que se equivocan quienes se resisten a creer que el PNV, en este caso, va a ir hasta el final. Puedes leerlo
aquí.